Y es que esta mañana cojo La Verdad, cabecera murciana que casi alcanza el nivel de boletín oficial de la provincia, y en una sección "confidencial" que publica desde hace un tiempo, me encuentro lo siguiente:
Aparte de algunos errores, como hablar de presidente (cualquiera que ha cubierto alguna de nuestras noticias conoce a José Antonio, nuestro presidente) cuando yo soy simplemente portavoz.
El corto de Ibn Arabí es algo que viene de lejos, tiene más de un año y no esperábamos que se retrasara tanto la entrega de premios.
Y sobre el tema de simpatías y críticas, es fuerte que todavía se considere que alguien que milita o colabora con una organización política, tenga que tener fe ciega en todas sus iniciativas, y no pueda razonar sobre las mismas, ser crítico con ellas, e incluso criticar abiertamente o luchar contra aquello que no le parezca justo, dentro y fuera de esa organización.
Hasta que en este país no aprendamos más cultura democrática y abramos las puertas de las administraciones y los partidos a la participación, nos quedará mucho camino que recorrer.
Mientras, podemos aprender un poco de grandes maestros, como Ibn Arabí.